Nuestro querido pueblo mágico de Pátzcuaro fue una de las primeras ciudades que fundaron los Purépechas, alrededor del año 1300. Esta ciudad fue fundada por Curatame inicialmente y después fue transformada en un centro religioso y ceremonial por Tariácuri.
Con la llegada de los Españoles a México, la ciudad se vio sumida en la opresión e intransigencia de la Primera Audiencia de la Nueva España, maltratando y denigrando a sus pobladores. Estos maltratos llegaron hasta las autoridades en España, quienes decidieron enviar en 1533 al oidor Vasco de Quiroga, que eventualmente se convertiría en Obispo.
Es a partir de la llegada de don Vasco de Quiroga que se empezó a tratar con justicia a los habitantes de Pátzcuaro, los ayudó en varios sentidos. Don Vasco, fundó escuelas y poblados nuevos, además de que promovió el desarrollo de las artesanías que los pobladores de Pátzcuaro hacían en ese entonces, entre muchas otras cosas. Esto le valió la confianza de la ciudadanía y ésta a su vez se identificó plenamente con sus ideas.
Don Vasco de Quiroga trasladó la capital y la sede episcopal a Pátzcuaro en 1539, motivando la reconstrucción de la ciudad y su consecuente crecimiento.
Es por eso que ahora vemos en el centro de la plaza que actualmente lleva su nombre, una estatua que rinde tributo a la vida y obra de Don Vasco de Quiroga.